No, el inglés no ha dejado de ser una lengua franca internacional ni hay otro idioma que esté de moda. Sigue siendo necesario como siempre. Lo que no es necesario es que lo estudies y que sufras para aprenderlo.
No tenemos nada en contra de estudiar. Es algo que, sin ir más lejos, nos ha servido a todos los miembros del equipo de BrainLang para adquirir conocimiento de forma estructurada en gran cantidad de áreas del saber.
¿Qué problema hay entonces con estudiar inglés? Muy sencillo: el dominio de una lengua es algo a lo que el 99,9 % de los hablantes darán un uso práctico. Lo usarán para comunicarse, para explicar un plan de negocio a un cliente internacional, para dar indicaciones a un taxista neoyorquino, para entender textos profesionales o para dejar de ver cine y series con doblaje.
No estudies inglés, practícalo
Para la gran mayoría de gente la perfección teórica que proporciona el estudio, no solo es irrelevante sino que resulta un freno enorme para el aprendizaje.
El lingüista norteamericano Stephen Krashen decía que intentar aprender inglés estudiando las leyes de la gramática era como aprender a patinar estudiando las leyes de la física. Claro que estudiar física nos proporciona un entendimiento del rozamiento y otros mecanismos que influyen en el patinaje. Pero entender las explicaciones teóricas no hace que luego nuestro cuerpo mantenga el equilibrio o que nuestros movimientos sean fluidos. En muchos campos del saber hay un divorcio evidente entre teoría y práctica. Y el aprendizaje de idiomas solo es uno de ellos.
Y es que el estudio trata de crear un medio controlado en el cual llevar cabo ejercicios reiterativos para comprender aspectos muy concretos, todo ello desde la memorización y no desde la interiorización de un uso real del inglés. Pero, mira por dónde, el entendimiento y el habla implican multitud de procesos que no pueden aislarse en un entorno controlado.
Los entornos de estudio, que incentivan ejercicios centrados en la gramática terminan generando alumnos que son buenos aprobando exámenes. Pero aprobar exámenes no tiene por qué significar entender y hablar inglés.
La gente que domina el inglés lo hace gracias a ver series, a leer textos o conversando mientras viaja. Sin embargo estos métodos tienen algún que otro problema ya que no tienen por qué ser el camino fácil. Imagina el estrés de no entender una conversación o un texto. Y, como dicta el sentido común, no es fácil aprender algo cuando se está estresado.
Un entrenamiento es algo que, por definición, está adaptado a nuestro nivel y que nos permite perseguir un objetivo a través de la mejora y de la práctica constante. Y eso sin hablar de que el entrenamiento suele pertenecer a cosas que hacemos por placer y que no tienen el matiz obligatorio y de sacrificio de muchos métodos pedagógicos.
Por ello, preferimos decir que tienes que entrenar tu inglés. No es solo un eslogan publicitario. Es una forma de contarte que hemos venido a cambiar de arriba abajo la industria de idiomas con contenidos entretenidos pensados por guionistas pero adaptados a tu nivel por profesores. Para que tu aprendizaje sea práctico y real pero no aburrido o estresante. Porque el movimiento se demuestra andando y los idiomas se entienden escuchando.
Empieza hoy mismo tu entrenamiento en BrainLang.